Desde su primera certificación en 2021, la serie Simon 270 ha cumplido con los exigentes estándares de ‘Cradle to Cradle’. Con la reciente recertificación en la versión 4.0, que incorpora criterios más estrictos, Simon reafirma su compromiso con los principios de la economía circular, siendo la primera empresa del sector en obtener la certificación en la Versión 4.0.
La serie Simon 270 ha mantenido sus calificaciones en todas las categorías y ha mejorado su calificación a ‘Silver’ en la categoría ‘Water & Soil Stewardship’, lo que refleja eficiencia y responsabilidad en el uso de los recursos naturales. Además de sus acabados de color blanco y negro de la serie, se ha incluido el blanco mate en su certificación.
Con esta recertificación, la compañía demuestra su compromiso con un modelo de producción que promueve productos sostenibles y responsables a lo largo de todo su ciclo de vida.
Cradle to Cradle: Un enfoque integral para la sostenibilidad
Esta certificación es un referente global para productos sostenibles. Garantiza que los productos sean saludables, positivos para el clima y justos socialmente. Para obtenerlo, los productos deben cumplir con criterios exigentes en cinco categorías fundamentales:
- Salud de los materiales: Los materiales utilizados deben ser seguros tanto para las personas como para el medio ambiente.
- Protección del aire limpio y del clima: La producción debe llevarse a cabo utilizando energía limpia y comprometerse hacia la neutralidad de carbono.
- Circularidad de los productos: Los productos deben diseñarse para ser fácilmente reutilizados o reciclados al final de su vida útil.
- Gestión del agua y del suelo: Los procesos de fabricación deben proteger los recursos hídricos y del suelo, evitando impactos negativos en los ecosistemas.
- Justicia social: Se exige garantizar condiciones laborales justas y respetar los derechos humanos a lo largo de toda la cadena de suministro.
Simon ha integrado estos principios en su proceso de diseño y fabricación. Muestra de ello es que la firma utiliza plásticos reciclados y trabaja en mejorar la reciclabilidad de sus productos, lo que favorece la economía circular. Además, utiliza energía renovable en sus instalaciones, en parte autogenerada a partir de paneles fotovoltaicos, y colabora en diversos proyectos a lo largo de la cadena de valor, para mejorar la sostenibilidad de los productos.