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Carmen Bueno – Comisaria Pabellón de España Expo Dubái 2020

Son las 3 de la tarde en Dubái, el 24 de noviembre del 2021. El Destello dedicado al Ajedrez, en la plaza del Pabellón de España, instalado bajo un bello e inmenso cono naranja, revestido de tiras de esparto trenzado, bulle de nervios e impaciencia que animan a un peculiar grupo de estudiantes. Son los integrantes de 12 equipos de ajedrez, de colegios de 10 países, que han venido para participar en las finales -presenciales -del Torneo Mundial Online de Ajedrez Escolar, organizado por el Pabellón de España. La excitación la provoca que se acaba de anunciar la llegada al Pabellón de Magnus Carlsen, el gran campeón mundial de ajedrez. Los jóvenes han llegado hace pocas horas, desde muy diversas procedencias: India, Mongolia, Perú, Estados Unidos, Republica Checa, Hungría, Turquía, Israel, España y Emiratos Árabes Unidos. Jóvenes vestidos con canduras y abayas; algunos, como los mongoles, lucen trajes tradicionales, pero la mayoría van con los polos y pantalones de sus equipos.

Se confirma la llegada de su ídolo y se sientan ordenadamente en la escalinata de acceso al Pabellón de España, a la espera de compartir unos minutos con él y sacarse fotos. Será un momento que recordarán toda su vida, asociado a España y a Dubái.

Tras ellos, en el ‘Destello del Ajedrez’ se ofrece una breve historia de este juego: cómo llega a España de mano de los árabes, desde el Lejano Oriente, zona de la que proceden 4 de los 12 equipos finalistas; se muestran imágenes del primer tratado de Ajedrez, escrito por Alonso X; y se explica que el papel esencial de la Reina al juego, es una aportación española de la época de Isabel la Católica; también, cómo este juego contribuye, en la época contemporánea, a mejorar la educación primaria en muchos lugares del mundo, con España en cabeza de un movimiento que está consiguiendo introducir el ajedrez como herramienta educativa transversal en muchas escuelas. Un gran tablero de ajedrez ocupa el suelo de esta plaza; las piezas son raras, reproducen modelos históricos, uno cristiano y otro musulmán. El propio Carlsen, asiduo de nuestro país, y que ha hecho del ajedrez su vida, se asombra ante el relato breve de la historia del ajedrez y el papel protagonista de España en la misma.

El ajedrez es solo el punto de partida por un recorrido que muestra diversos ejemplos de la contribución española a la cultura global a lo largo de los siglos y el peso de nuestra historia en el mundo actual, a través de unos pocos ejemplos: cumpliéndose el año próximo 500 años del fin de la primera circunnavegación del planeta, en una Expo cuyo tema es “Conectar mentes, construir el futuro”, no podía faltar una mención a ese y otros grandes viajes de exploración liderados por España, incluida una mención a la primera campaña de vacunación, la organizada por el Dr. Balmis en 1801, que llevaba a niños a bordo de un barco, que transportaban en su sangre el antídoto de la viruela; o al español, como gran lengua global actual, fruto de aquellos viajes de descubrimiento y exploración. Preside el Destello dedicado a nuestra lengua una gran esfera de madera, que muestra pares de palabras, escritas en árabe y español, que una voz va leyendo, sorprendiendo a los visitantes de cualquier lugar del mundo por la analogía entre ellas: aceite, jarra, tabique, mandil, azotea (estas dos últimas dan nombre a los restaurantes del Pabellón) resuenan en el recorrido por esta zona, con sus ligeras variaciones en la pronunciación en árabe y español, pero perfectamente reconocibles.

Otro ‘Destello’, dedicado a mostrar el legado de Al Ándalus, nos guía por el patrimonio monumental y tecnológico heredado de aquel período, y transporta a los visitantes a nuestro país: en este día de ajedrecistas, la gran Judith Polgar comenta, al reconocer la Giralda de Sevilla, que “esta ciudad la tiene cautivada”. Cierra este bloque un ‘Destello’ dedicado a la exploración del cerebro, pues el lema del Pabellón es “Inteligencia para la vida”, que permite mencionar a uno de nuestro nóveles científicos, Ramón y Cajal y sus pioneras aportaciones al conocimiento del sistema neuronal.

Pero en una Expo contemporánea, la presentación de un país como el nuestro no se puede limitar a presentar la tradición: los ‘Destellos’ descritos son solo zona de espera para acceder al núcleo esencial de la visita. Razones de índole bioclimático impulsaron al equipo de arquitectos a enterrar una parte del edificio, para aminorar el consumo en climatización. Una gran puerta se abre de cuando en cuando, y permite a los visitantes acceder a un espacio completamente diferente, una gran cúpula, de la que cuelga una instalación artística vibrante y sorprendente: Dinamo. Una gran escultura digital, interactiva y sonorizada, obra de Daniel Canogar, que marca la transición a un contexto contemporáneo; una obra artística, como en la Expo de París 1937 el Guernica de Picasso, se convierte en icono de un pabellón español. Es muy interesante ver como un público tan diverso y multicultural como el de esta Expo, se sorprende y deslumbra, se deleita, ante una instalación digital, puro color, formas y sonidos abstractos.

Dinamo acompaña a los visitantes en su descenso por una rampa helicoidal, que los lleva a un cine; un cortometraje, firmado por Nacho Vigalondo, transporta a los espectadores a un peculiar viaje por nuestro país, desde una gran pantalla panorámica, y les sumerge en una historia intrigante, con su punto de ciencia ficción, sobre cómo resolver entre todos, con inteligencia, problemas que nos vienen dados, o que tal vez hayamos contribuido a crear. Hasta que acabe la Expo, para ver esta peli, Luna de Agosto- que ya han visto cerca de 400.000 espectadores- hay que visitar el Pabellón.

Cavilando aún sobre la luna, los visitantes entran en el ‘Bosque de la Inteligencia’. Un espacio dedicado a presentar proyectos españoles que contribuirán a un uso más equilibrado de los recursos y que sirven de presentación de un tejido productivo, de investigación, creativo y dinámico, con gran capacidad tecnológica, que aporta soluciones que ayudan a resolver, a escala global, los grandes problemas y retos de nuestro tiempo. Un espacio artificial pero delicado y sorprendente, tecnológico, un bosque umbrío y fresco, capaz de absorber C02, como los de verdad; que invita a un recorrido tranquilo, lleno de sorpresas y descubrimientos, como los tubos de ensayo de formas caprichosas en los que se cultivan microalgas, o las maquetas de plantas termosolares, desalinizadoras verdes, o sistemas de cultivo inteligentes. Y lleno de referencias, a empresas, startups, programas de conservación del entorno, etc.

El recorrido expositivo se complementa con una tienda/escaparte a los productos de algunas de nuestras marcas estrella y con una rica oferta gastronómica de nuestro país, en la que destacan los arroces, hechos en paella. Pero el Pabellón de España en la Expo es mucho más que el recorrido de este 24 de noviembre, marcado por el ajedrez. La presencia de España en Dubái es un auténtico festival de música, danza, artesanía, gastronomía, moda, que ofrece una imagen variada y poliédrica de nuestro país, que como estamos viendo, sorprende y atrae a los visitantes, ayudándoles no solo a situarnos en el mapa, sino a identificarnos como lo que somos: un país relevante en la sociedad global.

Ficha técnica

Pabellón de España Organizado y gestionado por Acción Cultural Española (AC/E)

Proyecto arquitectónico: Temperaturas Extremas , arquitectos Amman Cánovas y Maruri

Diseño Destellos y Bosque: Ute External References /Onion Lab

Dinamo: Daniel Canogar/ Francisco López

Dirección Luna de Agosto: Nacho Vigalondo

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