Por Luis Aparicio
Las relaciones comerciales de España con el continente africano llevan más de una década de crecimiento imparable. Con datos provisionales del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo correspondientes a 2021, las exportaciones a estas economías crecieron el 18,5% y ya suponen el 6% de todo lo que las empresas españolas venden al exterior, casi 19.000 millones de euros. Una cifra y un peso superior a las ventas que España mantiene con Latinoamérica que representan, curiosamente, solo el 4,6% del total, según la misma fuente.
Destacan los aumentos de ventas en Nigeria (38,8%) y Marruecos (28,7%) a lo largo del pasado año. Un mercado en plena expansión que, como indican desde el Real Instituto Elcano en un reciente informe, cuenta con numerosas bazas a favor para atraer el interés comercial: su población y urbanización creciente; su crecimiento en renta per cápita y clase media; su progresiva industrialización; el impulso africano en potenciar sus infraestructuras; el interés en explotar sus recursos de forma eficiente; y, por último, la creciente conectividad de la población africana.
En el comercio con España, además, las posibilidades de crecimiento son muy elevadas en los 55 países de este continente ya que las exportaciones españolas se dirigen en un 77% a solo cuatro: Marruecos, Argelia, Egipto y Sudáfrica. El África subsahariana queda prácticamente como un territorio ignoto para la empresa española.
Fuente: Real Instituto Elcano a partir Datacomex 2020
A estas fortalezas, añadir una población de 1.260 millones de habitantes, con una natalidad media por mujer de nada menos que 6 hijos que le da un gran potencial frente a otras economías europeas o asiáticas –caso de Japón- con preocupantes problemas de natalidad. Otro punto importante son sus vastas riquezas. Un estudio del International Institute for Sustanaible Develoment (IISD) destaca que África posee ella sola más de sesenta tipos diferentes de minerales, y contiene un tercio de todas las reservas minerales del mundo. Tiene, por ejemplo, un 90% de las reservas de platinoides; un 80% del coltán; un 60% del cobalto; un 70% del tántalo; un 46% de las reservas de diamantes; y un 40% de reservas auríferas.
El continente africano rebosa –según este estudio de IISD- de fuentes energéticas muy diversas y repartidas en zonas diferenciadas: abundantes energías fósiles (gas en el norte de África, petróleo en el golfo de Guinea y carbón en África austral), cuencas hidrográficas en el África central y yacimientos de uranio; luz solar en los países sahelianos; y capacidades geotérmicas en el África oriental. No obstante, una de las abundantes paradojas de este continente, bautizado por los romanos como tierra sin frío, es que aunque la población africana equivale a alrededor de un 17% de la población mundial, sólo consume un 4% de la energía producida. Además, la riqueza de África se encuentra en su suelo. En efecto, el continente tiene un 24% de las tierras cultivables del mundo, pero sólo genera un 9% de la producción agrícola. La distribución de las tierras fértiles es desigual, con grandes zonas desérticas en la región del Sahel, y zonas húmedas y muy fértiles en torno a las cuencas hídricas y a lo largo de los principales ríos.
Ahora, en plena crisis energética mundial con los elevados costes del petróleo y el gas natural, tal vez muchos desconocen que África es uno de nuestros mayores suministradores de energía proveniente de los combustibles fósiles. Nigeria (petróleo) fue el principal proveedor energético de España cubriendo el 14% de nuestras necesidades, mientras que Argelia (gas natural) se situó en tercera posición –detrás de Estados Unidos- con el 8,5% de la energía consumida.
Las exportaciones a países africanos crecieron 18,5% en 2021 y ya suponen el 6% de todo lo que las empresas españolas venden al exterior, con un peso superior a las ventas que mantienen con Latinoamérica que representan solo el 4,6% del total.
En este contexto, la profesora de IE University, Gayle Allard, da sus razones para que las empresas españolas apuesten por el comercio con el tercer continente más grande del mundo: “Allí hay muchos productos y servicios, procesos, formas de hacer negocio y marketing, que no se han experimentado. Llevando allí la experiencia de aquí da una gran ventaja inicial en muchos casos. En muchos sectores hay poca competencia. Sobre todo, hay un mercado grande, vibrante, joven con un crecimiento que en Europa ya no existe. Se puede tener mucho éxito”, explica.
Por su parte, José Antonio Clavijo, asesor comercial de la firma RMD Group, dedicada a la fabricación de cápsulas y cierres de bebidas espirituosas, comenta su experiencia de dos décadas en el mercado de vinos de Sudáfrica: “Nosotros estamos en un sector muy sólido y con gran tradición en Sudáfrica con más de 500 años en la elaboración de caldos. Se trata de un empresariado consolidado y no oportunista que empieza, como pronto, a recoger beneficios años después de las inversiones. Nuestra experiencia a lo largo de los años ha sido muy positiva en Sudáfrica y nunca hemos tenido problemas de impagos”, argumenta. Eso sí, no extiende este juicio tan optimista a otros sectores que desconoce y que puedan no tener los mismos parámetros de seriedad.
Y dando un gigantesco salto del sur al norte del continente africano, encontramos el negocio de otra española: CAF, dedicada a la fabricación de ferrocarriles, metros y todo lo relacionado con esta actividad. Desde la vizcaína población de Beasain, sede de esta multinacional ferroviaria, lamentan que el escaso desarrollo de las infraestructuras y la red ferroviaria de algunos países provoca que no se lleven a cabo grandes licitaciones de suministro de material rodante en África. “Desde hace tiempo se habla de un plan ferroviario en el continente que modernice las líneas y las flotas de trenes, que a día de hoy no ha terminado de desarrollarse”.
Pese a ello, sus ventas y negocios en norte africano han sido importantes como la adjudicación a CAF en 2007 del suministro de 17 trenes diésel para servicios regionales de Société Nationale de Transport Ferroviaire (SNTF) de Argelia. También las 26 unidades de metro que circulan en la primera línea de Argel, así como el suministro del Metro Ligero para el nuevo sistema ferroviario en la isla de Mauricio, que conecta sus cinco principales ciudades y se inauguró a finales de 2019. El pasado mes de noviembre, la empresa estatal NAT (National Authority for Tunnels), responsable de la gestión del metro de la ciudad de El Cairo eligió a la multinacional vasca para la rehabilitación y posterior mantenimiento de 23 unidades que actualmente operan en la Línea 1 del metro de la capital egipcia.
NECESIDADES DEL CONTINENTE
El mercado africano, lógicamente, se encuentra necesitado de prácticamente todos los productos y servicios. En ese sentido es casi un mercado virgen. Por ejemplo, el país más rico es Guinea Ecuatorial con una renta per capita, según datos de octubre de 2021 facilitados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) de 17.576 dólares por habitantes, en una cifra comparable a la de Botsuana. Pero las diferencias sociales son tan importantes en estos países que prácticamente el 77% de la población de la ex colonia española vive con un dólar diario, denuncian organizaciones humanitarias. Bajo este criterio de la renta per cápita, los peores puestos del mundo los ocupan países africanos como Burundi, Sudán del Sur, Somalia y República Centroafricana, por debajo de los 1.000 euros anuales por habitante.
La extrema pobreza y la falta de distribución de la riqueza son elementos a tener en cuenta por las empresas, aunque se aprecian ligera mejorías año a año.
Si España es una gran importadora de productos energéticos, ¿qué nos compran los africanos y qué podrían comprarnos en el futuro? El informe del Real Instituto Elcano apunta a los sectores de tradicional importancia, como las exportaciones de maquinaria, material de transporte y productos químicos. No obstante, considera terreno con gran futuro para la exportación, la alimentación y bebidas, textiles, electrónica, cerámica, muebles o electrodomésticos, debido al crecimiento de las ciudades africanas y el aumento de la clase media.
En algunos mercados, explican desde el Real Instituto Elcano, las empresas españolas tienen mucha presencia. Así, por ejemplo, el mercado cerámico de África se reparte entre tres países proveedores: China, la India y España. Estos tres países suministran el 80% del azulejo importado. España, con las exportaciones tradicionalmente más concentradas en África del Norte (sobre todo en Marruecos), ha incrementado progresivamente sus exportaciones a nuevos mercados en África Subsahariana (como Tanzania y Cabo Verde). Esta diversificación es especialmente interesante con los países del Magreb (especialmente con Marruecos), aunque las trabas arancelarias son crecientes e incluso acaban de ser endurecidas en el contexto de la pandemia del Covid-19.
Fuente: Real Instituto Elcano a partir Datacomex 2020
También desde la plataforma de negocio internacional Logimarex explican que además de los bienes de equipo que se llevan el primer puesto, están también cogiendo relevancia las ventas de material hospitalario, los suministros y el equipamiento para hostelería, también la alimentación y las bebidas (esencialmente legumbres, conservas o aceite de oliva), las de vehículos para el transporte y el sector de la logística.
Los “servicios representan casi un tercio del total de las exportaciones españolas pero las ventas de servicios hacia África son las más bajas en comparativa mundial y apenas presentan un aumento a pesar de la tendencia creciente en otras áreas, como América Latina (consultoría) o Asia (ingeniería y telecomunicaciones)”, explican.
DÓNDE VENDER
La profesora de IE University, Gayle Allard, explica que África es un gran desconocido para la inmensa mayoría de los empresarios españoles, y eso les desanima a arriesgarse. «Creo que desde el IE podríamos impulsar el hacer más foros sobre inversión en África, con la intervención de empresarios que tienen experiencia y pueden contar las lecciones de lo que han aprendido”. Y concreta un poco más sobre sus preferencias por países: “Hay que buscar países con estabilidad política, con ausencia de conflicto, con facilidad de hacer negocios. Hay indicadores que apuntan a todas estas características. En un mundo ideal, también habría que encontrar un país con niveles bajos de corrupción. Ghana es un país que sobresale en todos estos campos; Ruanda, aunque no sea libre políticamente, es muy fácil para hacer negocios y ofrece oportunidades a los inversores. Namibia y Sudáfrica y Marruecos son otros ejemplos. Etiopía era un país interesante, grande, creciendo muy de prisa y comprometida a un proceso de modernización, pero el conflicto reciente ha cortado todo este progreso”, concluye.
El Real Instituto Elcano considera terreno con gran futuro para la exportación a la alimentación y bebidas, textiles, electrónica, cerámica, muebles o electrodomésticos, debido al crecimiento de las ciudades africanas y el aumento de la clase media.
También una de las mayores preocupaciones del empresariado español es la de talento en el país de destino que inquieta a más de la mitad de las compañías exportadoras –según informe de Elcano- y que abre las puertas a una posible vía de colaboración formativa entre las empresas y los países africanos mediante becas o contratos en prácticas. Estas acciones permitirían aprovechar las oportunidades del talento local, y darían a las empresas españolas un mejor conocimiento del entorno.
Son numerosos los indicadores que apunta la profesora y que los empresarios deben consultar como un punto de partida antes de desembarcar en el continente africano. En este apartado también es interesante ver alguna comparativa con países latinoamericanos, en teoría más seguros pero con los que comparte niveles de riesgo. La Compañía Española de Crédito a la Exportación (CESCE) realiza también una valoración de riesgos comercial y político a partir de la situación estos países. En África la mejor calificación (nivel 3 amarillo de 7 niveles que van del verde al rojo) se sitúan Marruecos y Botsuana. En nivel 5 (naranja) se colocan Argelia, Senegal, Costa de Marfil y Egipto. El nivel 6 (rojo y penúltimo) afecta a Ghana, Togo, Nigeria, Benín, Camerún, Gabón, Angola, Namibia, Kenia, Uganda, Túnez y Tanzania. El resto obtiene la máxima calificación de riesgo (7) con el color burdeos. Pero países mucho más cercanos como Nicaragua, Argentina, Ecuador, Honduras o Venezuela también están entre los menos recomendables para la exportación.
Fuente: Real Instituto Elcano a partir Datacomex 2020
El estudio del Real Instituto Elcano revela otros indicadores como el de la OCDE y también el del Banco Mundial en su publicación anual ‘Doing Business’. Este informe otorga una puntuación a 190 países en función de los factores que favorecen o restringen la actividad empresarial, como regulaciones, acceso a la electricidad, financiación, transporte de mercancías, temas contractuales, y protección jurídica y de derechos de propiedad, entre otros factores de negocio.
Para la experta del IE, las principales trabas se encuentran en la burocracia, corrupción, infraestructura pobre, y simple desconocimiento del inversor potencial, que quiere entrar en un continente donde los contactos y la relación personal son claves para hacer negocios.
Un último dato relevante sobre la apuesta española por el continente africano es la inversión bruta. Las cifras son muy bajas y hay que recurrir al número de proyectos para situarnos en un nivel aceptable, ya que bajo este parámetro ocupamos el décimo puesto. En el pandémico 2020 solo se realizaron en el continente inversiones por valor de 47 millones de euros, frente a los 23.070 millones de euros del conjunto mundial. El mejor año de los recientes fue 2015, con una inversión directa de 308 millones de euros, casi el 1% de los 32.200 millones que España colocó fuera de nuestras fronteras.
Fuente: Real Instituto Elcano a partir Datacomex 2020
Pero desde la propia administración española hay una voluntad férrea de aumentar nuestro negocio en estos 55 países. Los Ministerio de Asuntos Exteriores y Ministerio de Industria, Comercio y Turismo (mediante el III Plan África y la reciente estrategia comercial y financiera ‘Horizonte África’) y los diferentes documentos y comunicaciones de las asociaciones empresariales (como el Club de Exportadores o la CEOE), muestran que tanto las empresas como la política exterior española están alineadas en la necesidad y oportunidad de reforzar la presencia de España en el continente africano.
Sin duda, como dicen los expertos, una opción arriesgada dependiendo del país, pero que puede dar alegrías ya no previstas en mercados consolidados como el europeo o el estadounidense, e incluso en algunas zonas de Asia.