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Entrevista a Santiago Vivanco, copropietario y director de la Fundación y Experiencias Vivanco 

Santiago Vivanco es copropietario y director de la Fundación y Experiencias Vivanco. Trabaja en la Bodega Vivanco y el resto de bodegas de la familia Vivanco desde 1999. En la actualidad es el propietario de los negocios de la familia junto a su hermano Rafael Vivanco. Su trabajo se ha distribuido entre la dirección del área administrativa – financiera y de Recursos Humanos de Bodegas Vivanco hasta el 2016. Forma parte del consejo de administración de la empresa. Por otro lado, ostenta el cargo de Director General del Museo Vivanco de la Cultura del Vino y presidente de la Fundación Vivanco. Desde 1999, y varios años antes, se dedicó a adquirir piezas, junto a su padre, Pedro Vivanco, para la formación del futuro museo. Su padre le encargó la creación del Museo y Fundación Vivanco. Desde el año 1998 al 2004, que es inaugurado, dirigió al equipo de personas que crearon el Museo Vivanco de la Cultura del Vino. La Fundación Vivanco, la impulsó y creó en el año 2000.

Vivanco es conocida no solo por la calidad de sus vinos, sino también por ser promotora de la cultura vitivinícola a través de experiencias únicas y de su Fundación. ¿Cuáles son vuestros valores de marca y cómo se ven reflejados en todos sus productos y experiencias? 

Cuando nuestro padre pronunció aquella frase de “Devolver al vino lo que el vino nos ha dado” en 2004 en la inauguración de nuestro Museo de la Cultura del Vino en Briones, La Rioja, estaba sellando un compromiso vital de nuestra marca con el vino en toda su dimensión. Rebasamos la barrera artística y cultural, para adquirir un deber social en el entorno del vino. Todas nuestras acciones, desde entonces, van encaminadas a desarrollar este objetivo.

Disponemos de tres líneas de actuación en nuestra marca para poder abarcar todo este espectro. Primero, nuestra Fundación, una herramienta de la que cuelga toda nuestra actividad cultural y de investigación. A ella le debemos el Museo de la Cultura del Vino, reconocido como el mejor del mundo por la Organización Mundial del Turismo; nuestro centro de documentación, la mayor recopilación jamás creada en torno al vino con más de 8.000 referencias, ya sean libros, incunables, todo tipo de colecciones y recopilaciones de revistas, postales, etc; nuestra editorial, con más de 10 publicaciones, desde una investigación profunda de la aparición del vino en la literatura, ‘El Cáliz de las Letras’, o de la formación infantil, ‘La Cultura del Vino de la A a la Z’, donde se sintetizan los principales hitos del vino y su relación con el hombre. Todo sostenido por un patronato donde aparecen, entre otros, Ferrán Adriá o Antonio López. Por no hablar de los convenios que mantenemos con instituciones universitarias o museísticas.

La segunda herramienta, Bodegas Vivanco, interpreta la Cultura del Vino con la responsabilidad de innovación e investigación alrededor de las variedades autóctonas de Rioja y la evolución constante de los métodos de cultivo y su combinación con tradiciones históricas. Aquí tenemos vinos como la gama Colección Vivanco, pioneros y únicos, utilizando y recuperando uvas prácticamente extinguidas como las autóctonas Maturana Tinta y Maturana Blanca, de las que somos los mayores cultivadores de la región. O la nueva línea de espumosos de Rioja, de las que, igualmente, somos promotores y pioneros en su desarrollo, con dos vinos, uno blanco y otro rosado, lanzados al mercado recientemente y con una gran aceptación por parte dela crítica.

Para finalizar, nuestra tercera pata, Experiencias Vivanco, una proyección del enoturismo en toda su dimensión, enfocada en dar a nuestros clientes las mejores experiencias en torno al vino, y que nos ha convertido, desde nuestro nacimiento en 2004, en el mayor destino turístico de La Rioja, con más de 1.500.000 de visitantes en nuestros 18 años de vida. 

 ¿Cómo compatibiliza la empresa su esencia familiar con su presencia en más de 50 países? ¿Cuáles son las claves para gestionar con éxito el proceso de internacionalización?

Nuestra esencia de marca basada en la cultura del vino y en la innovación ha sido clave en la búsqueda de nuevos mercados como punto diferencial de nuestra oferta. Son nuestra diferenciación y nos ha servido para poder acercarnos de otra manera a nuestros clientes. Como marca joven que somos, poder estar presentes ahora mismo en más de 40 países, habla de nuestra ambición internacional y de un resultado atrayente de nuestra propuesta de marca. Lo demás es trabajo. Viajar con la botella de vino bajo el brazo y no desfallecer en nuestro discurso.

¿De qué manera creéis que os beneficia o perjudica la imagen de la marca España en vuestra estrategia de internacionalización? 

La marca España tiene puntos de apalancamiento muy importantes para acercar nuestros productos. La revolución gastronómica de principios de siglo supuso un punto de inflexión en nuestro reconocimiento internacional más allá del turismo y nuestra oferta cultural. Nos permitió hablar de vino y gastronomía en ámbitos donde antes no llegábamos. Esto en el punto de vista positivo. Si lo miramos desde el vino únicamente, hay mucha dispersión. La ingente cantidad de denominaciones de origen con estrategias muy diferentes, genera confusión y falta de reconocimiento en muchos lugares. Nosotros disponemos del paraguas Rioja, una marca tremendamente reconocida en el exterior y que nos ha servido como punta de lanza para presentarnos en el mercado, sobre todo desde el BTB. Luego el vino español tiene, en algunos casos, una asociación a vino más barato, aunque con gran calidad, que tenemos que intentar cambiar en los próximos años. 

Recientemente habéis presentado el primer vino espumoso rosado reserva de la D.O.Ca. Rioja. ¿Qué papel juega la innovación en la compañía y qué representa este hito para vosotros? 

Nosotros somos una marca joven y decidimos desde hace años enfocar todo nuestro negocio vitivinícola a interpretar Rioja y sus valores desde la innovación. Somos pioneros en el desarrollo de muchos productos que han marcado un antes y un después. Apostamos por las variedades autóctonas, plantando las primeras viñas de Rioja de Maturana Blanca o Tempranillo blanco, uvas únicas que no existen en ningún lugar del mundo, a más de 700 metros de altitud en nuestro viñedo de Tudelilla. Recuperamos la tradición de los vinos dulces dentro de la DOCa Rioja, lanzando el primer vino naturalmente dulce elaborado con variedades tintas, Colección Vivanco 4 Varietales Dulce de Invierno.

Fuimos los primeros en incorporar una variedad casi extinta como la Maturana Tinta a nuestro vino más democrático y de mayor rotación como el Vivanco Crianza. Y acabamos de lanzar dos vinos espumosos, únicos, de nuevo, dentro de la DOCa Rioja, después de que mi hermano, Rafa Vivanco, recibiera el encargo del Consejo Regulador para desarrollar esta categoría y buscar nuestra diferenciación. En Vivanco todo es innovación y apuesta por el futuro, siempre buscando en el pasado toda nuestra inspiración. 

 La sostenibilidad es una de las actuales exigencias de la sociedad y de los consumidores. ¿De qué forma la trabajáis en Vivanco? 

La sostenibilidad es una responsabilidad, no solo una estrategia de marca. Así es como la vemos nosotros. Llevamos años enfocando nuestro presente y futuro a partir de la misma. Desde el punto de vista vitícola, nuestra apuesta por el viñedo ecológico es total. Para este año, más de 100 hectáreas de nuestros viñedos tendrán la certificación ecológica, y en 2023 más del 50% de las 300 hectáreas de viñedo propio que nutren nuestros vinos alcanzarán esta certificación. Eso nos convertirá en uno de los productores de Rioja con más viñedo ecológico, teniendo previsto que en 2026 el 80% de nuestras uvas se cultiven bajo este parámetro. Esto es una apuesta total por el terruño y por la sostenibilidad que empezamos a mostrar en el mercado con vinos resultantes de esta apuesta.

Así, acabamos de lanzar nuestro Vivanco Brunes, un vino de Municipio de Briones, villa medieval donde nos asentamos, elaborado con un 90% de Tempranillo y 10% Maturana Tinta, todas cultivadas bajo los parámetros de la agricultura ecológica. Este año pensamos en lanzar dos nuevos productos también ecológicos, y, en breve, tendremos nuestros vinos de mayor rotación dando voz a la ecología de nuestros viñedos y paisajes. 

 ¿Cuáles son los principales retos a los que os enfrentáis de cara al futuro? 

Evidentemente la sostenibilidad, como decimos, no es solo un compromiso de nuestra marca sino también una exigencia cada vez mayor de nuestros consumidores. Ese es el gran reto y, como digo, en el que estamos trabajando. Pero hay más, sobre todo nuestra adaptación al cambio climático, desde el punto de vista de la viticultura, como nuestra presencia en los nuevos canales de venta y redes de distribución que están surgiendo en el mercado. Estamos en un entorno cada vez más dinámico, donde el modelo de distribución va a cambiar a gran velocidad. Y habrá que estar preparados.

Por último, la realidad mundial y todo lo que está ocurriendo nos inquieta no sólo por la actualidad sino por las consecuencias que traerá todo esto. Y no olvidemos que venimos de una pandemia global que cambió el mundo para siempre. Así que sólo nos queda trabajar y estar preparados para los próximos desafíos.

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