Marta Camacho es directora de Asuntos Públicos y Coordinación del Gabinete de Presidencia de Repsol. Comenzó su carrera profesional en Repsol en 1996 como Ingeniera de Procesos en la Dirección de Ingeniería y desde entonces ha ocupado puestos de diferentes responsabilidades, desempeñando entre 2016 y 2020 el puesto de directora de Relaciones Institucionales España y Europa. En febrero de 2011 fue nombrada secretaria general del Comité Nacional Español del Consejo Mundial de la Energía, cargo que desempeñó hasta julio de 2017. Durante ese tiempo, ha sido también parte del Comité de Programas y del Communications and Strategy Committee del World Energy Council (WEC). Además, ha sido hasta enero de 2021 la representante de Repsol en el Comité Rector del Club Español de la Energía. Desde el año 2013 y hasta el 2021 ha coordinado la publicación anual de referencia Energía y Geoestrategia con el Comité Español del Consejo Mundial de la Energía y el Instituto Español de Estudios Estratégicos, perteneciente al Ministerio de Defensa.
Repsol cuenta con más de 35 años de historia. ¿Cómo han evolucionado vuestros valores de marca a lo largo de estos años?
El propósito de Repsol es hacer sostenible el bienestar, produciendo y transformando la energía necesaria para que la sociedad avance, y esta energía debe ser segura, asequible y sostenible. Por ello, la compañía se ha ido adaptando a las necesidades energéticas de la sociedad.
Nuestro propósito se complementa con los rasgos de personalidad de nuestra marca, que caracterizan todas nuestras acciones. Nuestro objetivo es ser transformadores, inclusivos y que todos nuestros grupos de interés confíen en nosotros.
Nuestra marca ha ido evolucionando de forma paralela a los retos a los que nos hemos ido enfrentando, pero esta evolución constante siempre ha sido el resultado de las experiencias que nuestros clientes viven con nosotros.
¿Cómo se reflejan esos valores en los distintos puntos de contacto con el cliente?
Nuestros valores representan lo que somos y, por tanto, se manifiestan en todos los proyectos que realizamos, independientemente del país y de las personas con las que nos estemos relacionando.
Nuestra actividad se desarrolla en una amplia cadena de valor, desde la exploración y producción de petróleo y gas, hasta la generación de electricidad baja en carbono, pasando por la producción y comercialización de distintos productos y servicios. Así, nos definimos como una compañía multienergética global que se centra en el cliente, entendiéndolo como protagonista de toda nuestra actividad, con el objetivo de cubrir sus necesidades energéticas ofreciendo nuevas soluciones, algunas de ellas incluso antes de que las percibamos como una necesidad.
Actualmente tenéis presencia en más de 20 países. ¿Cuáles son los mercados más importantes para Repsol en la actualidad y cuáles son los mercados potenciales de cara al futuro?
En realidad, comercializamos nuestros productos en 100 países. La capacidad de adaptación de la compañía a las necesidades de los mercados en los que estamos presentes se ha convertido en una de nuestras características más destacadas. El compromiso de proveer de energía segura, accesible y sostenible a la sociedad es una realidad que nos llena de orgullo y sería imposible sin los aprendizajes que nos brinda estar presentes en más de 20 países, cada uno con sus características y particularidades que nos ayudan a conocer más las distintas realidades a lo largo y ancho del mundo.
Los trabajadores son los mejores embajadores de una marca y en Repsol contáis con más de 24.000 empleados en todo el mundo. ¿Cómo trabajáis el employer branding en mercados tan distintos?
Todas y cada una de las personas que forman la compañía construyen el presente y el futuro de la compañía. Nuestros clientes, los inversores y todos los que se relacionan con Repsol confían en nuestros empleados, en su conocimiento y su opinión. Nuestro compromiso es ser transparentes y rigurosos en la comunicación que realizamos, y los empleados nos aportan elevada credibilidad. Los profesionales de Repsol son referencia en el sector de la energía y quién mejor que ellos para contar -en primera persona- qué y cómo hacemos las cosas.
La comunicación interna es una pieza fundamental para que todos los empleados conozcan de primera mano todas las novedades de la compañía, pero para fortalecer la vinculación emocional con la marca existen otros proyectos, como el voluntariado coordinado por la Fundación Repsol en el que colaboramos en acciones de desarrollo medioambiental y social.
La sostenibilidad es una de las grandes demandas de los clientes y consumidores en la actualidad y se ha convertido en una apuesta indispensable para las empresas. ¿Qué acciones estáis llevando a cabo para responder a estas exigencias?
Fuimos la primera compañía del sector en fijarnos el objetivo de convertirnos en una compañía cero emisiones netas en 2050 y marcamos el camino para que otras siguieran nuestro ejemplo. Pero esto no es nuevo, la sostenibilidad siempre ha estado en nuestro ADN, y fuimos la primera compañía de nuestro sector en firmar el Protocolo de Kioto.
Apostamos de forma clara por la descarbonización, y el 35% de las inversiones de nuestro actual plan estratégico están dirigidas a proyectos bajos en carbono. Esta apuesta se ve respaldada por los inversores, estando el 33% del accionariado institucional de la compañía alineado con los criterios ESG, frente al 17,5% de media en las empresas del sector. Creo que esto deja ver muy claramente el compromiso de Repsol con el desarrollo sostenible de la sociedad.
La colaboración es un factor clave para alcanzar determinados objetivos. De hecho, es uno de los pilares del FMRE. ¿Qué importancia tiene para Repsol la creación de alianzas con otras empresas e instituciones y cuáles son los proyectos colaborativos más relevantes para la compañía en este momento?
Las alianzas son clave para nosotros. Repsol avanza de la mano de otras compañías, de organizaciones sociales y, por supuesto, de instituciones. La diversidad de su portafolio y su objetivo de ofrecer la energía sostenible que necesita la sociedad requiere de una amplia red para escuchar qué necesita esa sociedad o hacia dónde van las soluciones energéticas.
Por ejemplo, Repsol tiene la ambición de liderar la producción de hidrógeno renovable en España, y estar entre los principales actores a nivel europeo. En este sentido, destaca el consorcio Shyne, promovido y fundado por nosotros, que aglutina a más de 30 empresas de distintos tamaños con el objetivo de potenciar actividades de producción de hidrógeno renovable y combustibles sintéticos, conectando grandes iniciativas regionales en torno al hidrógeno como el Corredor Vasco del Hidrógeno (BH2C), el Valle del Hidrógeno de Cataluña y el Valle del Hidrógeno de la Región de Murcia. O la reciente alianza con Ørsted, compañía de referencia mundial para avanzar en el desarrollo de eólica marina en nuestro país.
A través de nuestra Fundación y en colaboración con compañías como Crédit Agricole Indosuez y Portobello Capital hemos puesto en marcha el primer fondo de inversión en España para apoyar proyectos forestales a gran escala.
O como ejemplo de alianzas con instituciones, firmamos con el Consorcio de Transportes de Madrid un acuerdo de colaboración para acelerar la descarbonización en el transporte, evaluando tecnologías para acelerar la transición energética en la movilidad.
También, Repsol ha colaborado con cerca de 100 startups a lo largo de los últimos 10 años, con tecnologías disruptivas para la industria energética. 65 de ellas se han desarrollado bajo la tutela de Repsol, dando lugar a 185 patentes registradas, patentes que avalan el compromiso de la compañía con la innovación y el desarrollo -en colaboración con socios- de las mejores iniciativas energéticas.
¿Qué impacto tiene la marca España en el reconocimiento de Repsol en mercados internacionales?
Sin duda, la marca España es un excelente embajador de Repsol en todos los países en los que operamos. La solvencia de la marca España en distintos sectores como la innovación, el sector servicios, la cultura o la gastronomía es indiscutible, y aporta valor en la internacionalización de las compañías.
Pero más allá de este reconocimiento de la marca España en el ámbito profesional, Repsol trabaja de la mano con instituciones españolas en el extranjero para impulsar proyectos sociales en distintos ámbitos: educación, desarrollo social, sostenibilidad, etc. Este compromiso con los países en los que operamos nos permite ser, aún más, un agente social activo completamente integrado en el país.