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Un valor frente a la incertidumbre

María José Hernando –  Jefa de Unidad de Riesgo País de Cesce

Si nos detenemos por un instante a pensar en el futuro puede que nos sintamos eufóricos y llenos de entusiasmo, o bien es posible que aparezcan en nuestra mente algunos pensamientos no tan positivos. La incertidumbre acerca de lo que ese futuro nos pueda deparar es consustancial a la vida; la actitud y la manera de reaccionar ante ella, y las emociones que nos provoca, es lo que en psicología se conoce como “tolerancia a la incertidumbre”.

Adquirir un grado aceptable de certidumbre es, por tanto, una necesidad que nace en cada uno de nosotros y que se extiende a otros niveles de la sociedad, como el mundo empresarial. Anticiparse a los acontecimientos que pueden ocurrir en el entorno de la economía o la política es esencial para que las empresas puedan definir la estrategia a seguir. Si seguimos abriendo el espectro nos encontraremos en última instancia con el escenario geopolítico, ese que en los últimos años ha adquirido un protagonismo inesperado con el resurgir de la guerra en el viejo continente, la tensión entre las dos principales potencias mundiales o el cambio en la influencia y las alianzas de las potencias emergentes, por citar solo algunos ejemplos. Estos factores merecen un análisis sosegado que arroje un poco de luz y aporte, si no certidumbre, sí la información necesaria para comprender el mundo y tomar decisiones.

En Cesce contamos un amplio conocimiento del mercado nacional e internacional, adquirido a lo largo de nuestro más de medio siglo de historia, uno de los aspectos que sin duda más valoran los más de 123.000 clientes que confían en nosotros. Sin embargo, nuestra vocación de servicio busca ir más allá, y con todos ellos trabajamos de cerca para conocer sus necesidades, anticiparnos a las mismas y ofrecerles soluciones inteligentes para la gestión del crédito comercial que abarcan toda la cadena de valor de sus negocios. Sin importar el tamaño, nuestro propósito es contribuir al éxito de todas las empresas españolas, aportando nuestro granito de arena a través de productos específicos y de servicios como el que proporcionamos desde nuestra Unidad de Riesgo País. Tenemos un equipo de expertos que lleva a cabo un minucioso análisis de los acontecimientos que condicionan el tablero internacional en términos políticos, económicos y sociales. Su valoración, sus opiniones y datos relevantes para la toma de decisiones estratégicas en el entorno empresarial se plasman en informes que ponemos a disposición de las empresas.

Como parte de ese mismo compromiso por estudiar y dar a conocer las tendencias y desafíos que influyen en la economía mundial, en Cesce publicamos anualmente nuestro informe ‘Panorama Internacional’. Se trata de una recopilación de artículos en los que se analizan en detalle aspectos fundamentales que van a tener impacto sobre el entorno internacional a medio plazo. Cada año escogemos temas de gran actualidad e interés. Pero la última edición del informe, presentada a finales de julio en nuestra sede corporativa, es seguramente una de las más relevantes, debido a que nos encontramos inmersos en un proceso de cambio que está alterando el orden global.

En el primero de los artículos, María José Chaguaceda analiza la evolución de las relaciones comerciales, en el contexto de las tensiones geopolíticas y las alteraciones de las cadenas de suministro de los últimos años, y realiza una valoración crítica del debate acerca del retroceso del proceso de globalización. Durante su intervención en la presentación del informe, explicó cómo la pandemia del covid-19 y la invasión rusa de Ucrania han acentuado una tendencia que venía gestándose desde tiempo atrás, derivada esencialmente de la disputa por el liderazgo global entre China y Estados Unidos, que complica las relaciones comerciales y ha favorecido la aparición de medidas proteccionistas.  Como resultado, se advierte una tendencia, gradual y limitada, en favor de una mayor regionalización de los flujos comerciales y cierto acortamiento de las cadenas de suministro, con el objetivo de reducir la dependencia y garantizar su seguridad. Sin embargo, la profunda interconexión entre los procesos de producción de los distintos países hace que la desglobalización, entendida como desconexión, sea inviable. «La cooperación y la gobernanza global seguirán siendo indispensables para abordar los desafíos presentes en este escenario y lograr ese equilibrio entre intereses económicos, seguridad y desarrollo sostenible», nos indicó.

En el segundo artículo, Lucía Bonet analiza los últimos avances tecnológicos, y en especial el desarrollo de la fabricación de chips. La guerra tecnológica entre China y Estados Unidos pone en peligro las ganancias en términos de eficiencia y competitividad que este sector ha desarrollado en el pasado. Recordemos que el país asiático, principal actor en el mercado de chips, entiende como una vulnerabilidad la dependencia de Estados Unidos para el desarrollo de chips de última generación, y está haciendo un gran esfuerzo por desarrollar estos componentes en territorio propio. Por su parte, Estados Unidos ha limitado aún más el acceso de China al sector de los semiconductores; por ello, es muy difícil que el gigante asiático consiga producir chips de última generación de forma autónoma, como subrayó durante la presentación del informe. En paralelo, nos encontramos en pleno desarrollo de los modelos de lenguaje de inteligencia artificial, que tienen una capacidad disruptiva sin parangón entre los avances tecnológicos recientes. Los riesgos y las cuestiones éticas que entraña aconsejan acometer cuanto antes su regulación, pero hoy por hoy no se atisba la voluntad de pactar un marco regulatorio común. Es muy posible que sea Europa quien tome la delantera. «Esto no nos va a hacer líderes en el desarrollo de la IA, pero sí que puede hacer que la UE sea el actor que marque las reglas del juego para los demás».

Rafael Loring expone, en el tercer artículo, su valoración acerca de la magnitud y trascendencia de los cambios demográficos actuales y cómo van a intensificarse durante las próximas décadas. La baja tasa de natalidad en prácticamente todo el mundo con excepción de África va a derivar en una caída en las tasas de ahorro que limitarán drásticamente las políticas expansivas y el crecimiento económico de buena parte del globo. «Parece probable que se vaya a ocasionar un deterioro de las balanzas fiscales”, lo que puede conllevar dificultades para afrontar el pago de deuda pública, que se encuentra en máximos históricos. Loring advirtió también durante su intervención de que la reducción de la proporción entre la fuerza laboral y la población dependiente va a tener un impacto negativo sobre la inversión, la innovación y la productividad.  Ello dificultará que países como India, Filipinas, Indonesia o Vietnam puedan reemplazar el papel de China como centro manufacturero mundial. Los países aplicarán políticas de estímulo a la natalidad u optarán por impulsar la política migratoria, aunque la experiencia ha demostrado la escasa eficacia de las primeras y la dificultad de aplicar las segundas sin provocar tensiones sociales.

Finalmente, Lidia Candal habla en el último artículo de los principales problemas a los que se enfrenta África y de su papel como tablero de juego donde las grandes potencias compiten, como si de una nueva carrera neoimperialista se tratase. Este continente, herido históricamente por la inestabilidad política y la pobreza, ha visto agravada su situación por la pandemia, la guerra en Ucrania y el endurecimiento de las condiciones financieras a nivel global. Sin embargo, como destacó Candal en su intervención, «África será crucial para la economía global debido a su interés comercial, diplomático y por su capacidad de voto en la ONU». Así, mientras Estados Unidos y China compiten por los recursos minerales sobre el terreno africano, en el terreno político Estados Unidos, Francia y Occidente en general pierden peso, al tiempo que lo ganan China, gracias a su política de inversiones masivas, y Rusia, que en los últimos años ha acometido una agresiva estrategia, militar y propagandista, sobre todo, para ganar influencia en el continente. África se ha convertido, pues, en el escenario de la lucha entre las potencias mundiales, lucha que se desarrolla en dos planos: el económico, por el acceso a los recursos naturales y su mercado; y el ideológico, por el desafío del orden mundial.

En un mundo que cada vez se siente más convulso, el desempeño de Cesce adquiere más valor si cabe a la hora de ofrecer a las empresas españolas un socio estratégico con el que aliarse para minimizar los riesgos de la internacionalización, ofreciéndoles seguridad y apoyo en todo momento. Gracias a la visión experta de nuestra Unidad de Riesgo País, confío en que el análisis sobre el clima geopolítico y las tendencias a largo plazo que ofrecemos en la publicación de ‘Panorama Internacional’ vuelvan a ser un año más una referencia a tener en cuenta en un escenario donde la única certeza es la constante incertidumbre.

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