La sede del Consejo General de Economistas en Madrid acogió el evento ‘La economía intangible en Europa’ celebrado el 27 de noviembre. El presidente de esta entidad, Valentín Pich, abrió la sesión declarando que los valores intangibles son fundamentales para el colectivo de economistas, forman parte ya de la cultura de las grandes empresas y recalcó la importancia de que “las empresas medianas tomen este ámbito como algo esencial para la economía del país”.
La jornada, que contó con el apoyo de la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) y la colaboración de Corporate Excellence, de la Fundación COTEC para la Innovación y del Consejo General de Economistas, fue seguida de la intervención de Aída Fernández, directora general de la OEPM, quien explicó que esta entidad comparte objetivos con el FMRE, como la importancia del uso estratégico de las marcas y la innovación para fortalecer el posicionamiento de las empresas y reforzar la marca país. “La economía del conocimiento, motor de crecimiento en la actualidad, descansa en tres pilares: la I+D+i, las nuevas tecnologías y los intangibles, factores esenciales para favorecer el crecimiento de las empresas y para la creación de empleo cualificado y bienestar social”, subrayó. Fernández añadió que la economía de los intangibles y del conocimiento está muy ligada a la autonomía estratégica de la Unión Europea en el sentido de que “solo si somos dueños de nuestras ideas podremos se dueños de nuestro destino”.
A continuación, tuvo lugar el panel ‘La economía intangible en datos’ en el que participaron Laura Hernández, economista del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie); Enrique González Campuzano, socio de McKinsey; y Pilar Alonso, Managing Director Iberia de Brand Finance.
Laura Hernández expuso algunas de las cifras para situar a España a nivel internacional. Detalló que España ocupa una de las posiciones más rezagadas en cuanto al esfuerzo inversor en intangibles, tanto en relación con el valor añadido como respecto a la inversión en total. Países como Suecia, Francia y Finlandia son los que más gasto dedican a este ámbito y a la cola estarían España e Italia. “En nuestro país es mayor la inversión tangible y la intangible supone la mitad de la tangible” señaló. “La buena noticia es que el crecimiento de esta inversión en intangibles en España ha crecido mucho en los últimos años, junto con EEUU, pero nos encontramos a distancia de converger con el resto de los países avanzados”. Hernández añadió que los países que más dedican a intangibles son los que mayor ratio de productividad consiguen, algo que se observa también a nivel interno, en las Comunidades Autónomas.
Enrique González continuó hablando de la correlación entre inversión en intangibles y crecimiento, no solo de los países a nivel económico y de productividad, sino también en los diferentes sectores: a mayor volumen de inversión en intangibles, mayor contribución al PIB. González comentó un estudio realizado en 9 países europeos y EEUU con más de 800 compañías participantes “en el se concluye que más del 70% de los directivos creen en la importancia de los activos intangibles como factor que influye en el crecimiento, pero sólo el 30% están acometiendo inversiones de verdad. Las compañías que más crecen han invertido de media 2,6 veces más que las que no crecen”, subrayó. González señaló también que el estudio también revela que invertir en cada ámbito de los intangibles (innovación, capital humano y relacional, digital y marca) crea sinergias sobre el resto y además son beneficios que se retroalimentan.
Pilar Alonso realizó su presentación basándose en el informe Global Intangible Finance Tracker, en el que se analiza la evolución de los activos intangibles en el mundo. La principal conclusión de este estudio es que la economía global es un 50% intangible, y de este porcentaje el 37% no se registra en los estados contables y financieros de las compañías porque la norma contable no lo permite. Para Alonso, “los intangibles son diferenciación y ventaja competitiva, nos hacen construir un edificio sólido al que los tiburones no pueden atacar”. También añadió que la inversión mundial ha seguido creciendo, un 8% en el último año, que el volumen mundial equivale a 3 veces el PIB de EEUU, y consideró que “cuando algo tiene esta dimensión es algo que hay que regularlo”. Continuó explicando la posición de España entre más de 100 bolsas de mercados y valores internacionales y comentó que nuestro país está en una posición 43 respecto a intangibilidad, a la cola de Europa. Según sus datos, en la economía española estamos a un 64% de activos tangibles y un 36% intangibles, “si nos comparamos con una economía como la de EEUU que es netamente intangible, vemos que hay mucho recorrido todavía”, concluyó. “La consecuencia es que entre las diez marcas más valiosas de Europa no hay ninguna española”, señaló.
Seguidamente tuvo lugar la mesa redonda ‘Los intangibles, palanca de competitividad para la economía española, moderada por Pablo López Gil, director general del FMRE; y en la que participaron Jorge Barrero, director general de COTEC; y Ángel Alloza, CEO de Corporate Excellence.
Pablo López comentó que la transición a la economía más intangible ha quedado eclipsada por la digitalización y la sostenibilidad y señaló “que no hay una mención explícita a este ámbito en el plan de la UE Next Generation ni tampoco en el plan español que deriva del europeo, por lo que consideró fundamental seguir insistiendo en este aspecto en un momento como la Presidencia española de la Unión”.
Ángel Alloza explicó que el crecimiento, la productividad y la diferenciación son muy importantes para la economía, pero también lo es la confianza que generan las empresas: el capital reputacional, que se basa en una balanza equilibrada entre la creación de diferenciación (marca, propósito, valores) y la legitimidad social, algo que se gestiona con la reputación. “En este equilibrio se da la gestión excelente de los intangibles”, subrayó.
Jorge Barrero comentó que una de las características de los intangibles es que cuanto más se usan más se multiplican. “Los intangibles son los activos característicos de la economía del conocimiento, si queremos estar en esta jugada tenemos que cambiar nuestra estrategia de inversión hacia este tipo de activos.” Describió las cuatro características de este tipo de activos: escalabilidad; costes hundidos (si no son bien gestionados pueden representar una pérdida); sinergias entre ellos; y los efectos derrame (hay un tercero que se beneficia de la inversión, aunque no haya incurrido en ella).
Alloza señaló que la evolución del peso de intangibles en España y América Latina no ha parado de crecer y que entre las prioridades para los directivos la sostenibilidad ocupa el primer lugar, seguido el liderazgo responsable, en tercer lugar, la reputación y en cuarto la comunicación, como herramienta para gestionar la confianza en las compañías.
Barrero señaló también que “no podemos dejar de hablar de quién financia los intangibles, que es una de las principales razones por las que en España no avanza este tipo de inversión. Los bancos no tienen incentivos para financiarlos”, algo que debería hacerse a nivel regulatorio. La mayor parte de activos intangibles se financian con recursos propios. “Esta es la realidad que hay detrás del retraso, otras economías que tienen otros sistemas financieros más diversos, con mayor peso del capital riesgo, tienen mayores posibilidades”, añadió.
En este sentido, Alloza subrayó que los cuadros de mando de los directivos españolas han estado centrados en medir el éxito a través de indicadores de activos financieros o tangibles. “¿Cómo vas a avanzar en intangible si te están pagando por lo contrario?”, explicó, por lo que para cambiar la cultura de empresa en intangibles hay que incluir en su gestión este tipo de ratios.
Claudia Martínez Félix, deputy Head of Unit, Intangible Economy, DG GROW de la Comisión Europea, aportó la perspectiva europea, hablando acerca de la importancia de la propiedad industrial e intelectual, “como una pieza clave para mejorar la competitividad y para asegurar una política fuerte en favor de la innovación”. Explicó que las solicitudes de patentes europeas, clave para proteger la innovación, han ido en ligero descenso en los últimos años, no así para el caso de España que ha mantenido una tendencia de avance. Sobre la falta de financiación de los intangibles, Martínez Félix señaló la relación existente entre la solicitud de títulos de propiedad intelectual e industrial y la obtención de recursos financieros en startups y explicó los diferentes programas de la UE que respaldan este tipo de inversiones y financiación bancaria.
El cierre de la jornada estuvo a cargo de Andrea di Carlo, director ejecutivo adjunto de la EUIPO, que comentó la relación “entre la inversión en activos intangibles y su contribución a la innovación, al crecimiento y al empleo. Porque está probada la relación entre los derechos de propiedad intelectual y el crecimiento económico de la UE. Casi el 50% del PIB europeo está generado por empresas que invierten en derechos de propiedad industrial o intelectual, 1 de cada 3 empleos se genera por este tipo de empresas, y estas empresas generan más del 90% del comercio internacional con Países Terceros”.
Sin embargo, di Carlo también comentó que más del 70% de las marcas se solicitan en Asia hoy en día, cuando eran menos del 50% hace diez años; en Europa son el 16% en la actualidad y eran el 30% en 2012. El directivo añadió que las pymes que registran sus derechos de propiedad intelectual tienen mejor gestión que las que no lo hacen, algo que ocurre en 9 de cada 10 empresas europeas y comentó que se está incentivando este registro a través de fondos europeos. Di Carlo finalizó comentando que los organismos de protección intelectual deben mantener puentes de colaboración con las empresas, asegurando que su registro obedece a unas garantías de calidad que sean facilitadores de oportunidades de inversión y también como un activo económico.